Ensayos
ERA CUESTIÓN DE ESPERAR

ERA CUESTIÓN DE ESPERAR

Llegó a estas tierras en 1985, al norte del Perú que es una zona con un calor infernal, con un mar celestial, una gastronomía bendecida y gente muy creyente. El buen Robert, perteneciente a la orden de los Agustinos, estuvo como misionero hasta 1986 en la provincia norteña de Chulucanas, departamento de Piura, trabajando directamente con las comunidades locales del lugar. Ese mismo año, el club San Agustín se coronó campeón del torneo de fútbol profesional al vencer por penales a Alianza Lima. El San Agustín era presidido por el padre agustino Cesáreo Fernández de las Cuevas y en el equipo jugaba un joven Chemo del Solar con un buen pasado en Universitario de Deportes y el Tenerife de España. La orden de los Agustinos hacía su presentación a ritmo de campeón, sería una señal.

En 1988, Robert regresó al Perú y se instala en Trujillo, otra ciudad norteña. El país estaba inmerso en una crisis económica manifestada en hiperinflación y desempleo y con el terrorismo ganando más espacio. Como el San Agustín, tuvo que enfrentar partidos difíciles, pero siempre apoyado y apoyándose en su comunidad, en su hinchada. 

Después de demostrar en la cancha su liderazgo y compromiso, en el 2014, el papa Francisco lo nombró Obispo de Chiclayo, nuevamente una ciudad al norte del país. Tantos años en el Perú que se convertiría en el ciudadano peruano Robert Francis Prevost con DNI (Documento Nacional de Identificación) Nro. 48904649 y como peruano y chiclayano que se respeta cayó rendido ante el ceviche y el arroz con pato, típico plato de la gastronomía norteña. Ahora el buen Robert sería Robertito.

Robertito no desaprovechó el tiempo, tiene un curriculum vitae que cualquier CEO de una transnacional lo quisiera tener. Fue párroco, docente de seminario, prefecto de estudios, juez eclesiástico, miembro consultivo de la diócesis de Trujillo, vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal Peruana, Administrador apostólico del Callao, Obispo de Chiclayo, Prefecto del Dicasterio para los Obispos, presidente de la Pontificia Comisión para América Latina y ahora Papa.

El Papa Francisco, al mejor estilo de los scouting de fútbol, vio en Robertito la persona indicada para continuar con las reformas iniciadas y acercar más la iglesia a la gente. Necesitaba un jugador que corra toda la cancha, que meta y defina, por algo tiene en su orden agustiniana el ADN de campeón. Robert cumplía los requisitos, cartón lleno.

Pero Francisco hizo una jugada maradoniana y messianica, el ochenta por ciento de los cardenales que participaron en el cónclave fueron nombrados por él, tratando de asegurar la continuidad de las reformas. Un crack.

Me atrevería a suponer que la amistad entre Panchito y Robertito fue estrecha y cómplice, como una pared entre el nene Cubillas y el cholo Sotil, como el pase de Diego a Caniggia contra Brasil en el noventa, como Messi y la pelota. El cambio jugador por jugador sin alterar la táctica. Es más, Jorge Bergoglio eligió el nombre Francisco por su devoción a San Francisco de Asís y Robert Prevost escoge León XIV. Lo curioso es que el mejor amigo de San Francisco de Asís fue Fray León de Asís. Descubro que existe en Chiclayo un club de futbol llamado San Lorenzo de Almagro fundado en 1928 con los mismos colores que el de Argentina y del cual Francisco era o es hincha porque nunca se deja de serlo. Otra vez el Chiclayo de Robert y el San Lorenzo de Francisco. Van pasando cosas.

Es así, que en el 2023 el papa Francisco lo llamó a Robert para que viaje a Roma y lo nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos, quedándose en el Vaticano. La historia continúa. 

Mientras tanto en Perú en el 2025, asciende al fútbol profesional un equipo llamado Juan Pablo II de la ciudad de Chongoyape, ubicada en la provincia de Chiclayo, de la tierra del corazón de Robertito. El equipo está en el décimo sexto lugar de diecinueve equipos, es candidato al descenso, pero es más candidato a un milagro. Nuevamente Chiclayo, un equipo con nombre de papa, Robert en el Vaticano. Continúan pasando cosas.

Miércoles 8 de mayo del 2025, Roma, ¡Habemus Papam! Robertito Prevost, el ciudadano de corazón peruano es ahora el Papa León XIV y en su discurso agradeció a su querido Chiclayo, donde todo empezó. Y pasaron cosas, era cuestión de esperar.

Con el Papa Francisco que era argentino, Argentina fue campeón mundial. Ahora con el Papa León XIV, ciudadano y de corazón peruano, Perú podría ser campeón mundial. Será cuestión de esperar un milagro con mucha fe. Quizás sea una espera eterna.

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