SAD VS ASOCIACIONES CIVILES
Ejemplos de Sociedades Anónimas Deportivas exitosas y deficitarias abundan, lo mismo ocurre con gestiones de clubes en manos de las y los socios. ¿Siempre los triunfos o derrotas están atados a las gestiones y sus formatos?
Cuando Blanquiceleste SA estaba en retirada de Racing, en 2008, le preguntaron a uno de los tantos empleados que había dejado la gerenciadora a qué se dedicaba. “A cortar el pasto”. ¿Y después?, retrucaron los nuevos “dueños” del club. “Espero que crezca”. La escena es parte del documental GerenciaMiento, de reciente aparición. Elecciones libres le pusieron fin a los ocho años de la empresa comandada por Fernando Marín y continuada por Fernando De Tomaso, que arrancó la gestión con un título y se fue con un pie en la B. Los defensores del capital privado en los clubes resaltarán el campeonato de 2001 que le puso fin a la sequía racinguista de 35 años; los detractores recordarán la promoción disputada ante Belgrano.
Los resultados que mandan en el fútbol, como reza una de las tantas frases hechas, también parecen dirigir la discusión actual a favor y en contra de las SAD. Sus defensores pondrán de ejemplo a la Premier League; sus oponentes, a la liga chilena. En Europa reinan las SAD, dirán unos; pero el máximo campeón, Real Madrid, es de los socios, retrucarán otros.
En el prólogo del libro Clubes argentinos. Debates sobre un modelo –de Rodrigo Daskal y Verónica Moreira– el periodista Ezequiel Fernández Moores plantea los desafíos que atraviesan los clubes, como “la pasión cada vez más desbordada del fútbol que parece hacer creer que un triunfo el domingo vale más que decenas de miles de socios haciendo deporte”, por un lado, y “también la codicia cada vez mayor de políticos y empresarios por ese ruido que produce la pelota”, por otro.
Aquí en Argentina, el presidente de Talleres Andrés Fassi exportó el modelo del Grupo Pachuca e impulsa las SAD. “Festeja ventas, pero no festeja títulos”, lo chicaneó el ex dirigente Ricardo Carloni, que se fue de Rosario Central con una deuda enorme.
El debate se empioja con ejemplos, o falsos o confusos. Ningún club argentino pasará de perder 4 a 0 contra el Milán a ganarle 5 a 0 si se convierte en SAD, como planteó en su momento el presidente Javier Milei. En definitiva, puede haber tantos malos dirigentes de entidades sin fines de lucro como malos empresarios. ¿Siempre los triunfos o derrotas están atados a las gestiones?¿Y tanto dependen, el éxito y el fracaso, si son bajo un formato SAD o asociación civil? Julio Grondona –cuenta Ariel Borenstein en una biografía no autorizada– era admirador del papa Juan Pablo II, con quien se comparaba, salvo por una diferencia que es común a todos los dirigentes de los clubes : “Llegó conmigo el mismo año (AFA y Vaticano), aunque para él fue más fácil porque no tiene arcos”.
Papeles en el viento
No caben dudas que el actual es el mayor intento de introducir las Sociedades Anónimas Deportivas en el país. Aquello que soñó (y sueña) Mauricio Macri “ahora renace con una fuerza inusitada”, me dice el sociólogo Rodrigo Daskal. Aunque, por el momento, la cuestión avanza más en el discurso que en el Congreso. El DNU sigue vigente, pero una cautelar frenó los artículos favorables a las intenciones del Gobierno en los clubes. Y la resolución de la IGJ que tanto se promocionó ante la prensa, ni menciona las SAD. Además, la injerencia de ese organismo sólo alcanza a la Ciudad de Buenos Aires. Es decir, lo que sale de la boca de los funcionarios no llega a los papeles.
La consultora Zuban Córdoba sondeó el tema: un 53 por ciento rechazó las SAD, mientras que un 42 por ciento las aprobó. De todas maneras, no todos los encuestados fueron socios de clubes, quienes sí expresan una contundente oposición al proyecto oficialista. “En una de las reuniones más convocantes de la historia de este espacio”, dice un comunicado de la Coordinadora de Derechos Humanos del Fútbol Argentino, se manifestó –a través de una bandera sostenida por socios y socias con las más diversas camisetas de sus equipos– que “la patria no se vende, los clubes tampoco”. El periodista Gustavo Veiga le recordó al gobierno en una nota en su portal que “los clubes ya rechazaron la iniciativa, pero no sólo sus dirigentes apoltronados en la AFA” que es donde pretende confrontar el Gobierno, sino que “los socios e hinchas también”.
El primer caso en el país en que socios y socias votaron en asamblea a favor de un gerenciamiento (formato permitido aún hoy en el modelo de las asociaciones civiles) ocurrió en el Club Atlético Quilmes, en marzo del 2000. Pero aquella experiencia del Exxel Group duró poco. Es la economía del país, estúpido –ironizarán algunos– más que el modelo jurídico.
Como Milei ve en los clubes sólo su caja registradora, y desconoce la importancia cultural, deportiva y social, el periodista deportivo Juan José Panno, el Nene, propuso mandarle Semilleros, me cuenta Fabián D’Aloisio, editor del libro que relata la historia de los campeones del mundo en sus clubes de barrio, donde lo humano cotiza más que el mercado.