
EL CAMINO A LA GLORIA DE MARATEA
Hubo una época que la televisión argentina nos bombardeaba con reality shows de todos los colores. El fútbol no fue ajeno a esto. Tuvo su correlato mediático con el programa Camino a la Gloria, que se emitía por Canal 13. Doce mil chicos se acercaron la mañana del 12 de julio de 2002 al Campo Argentino de Polo para las pruebas del casting con un sueño en común: ser futbolistas profesionales. El ganador, Aimar Centeno, tuvo una prueba en el Real Madrid que duró poco y nada, como su carrera. En una nota al Diario Popular reconoció que si pudiera volver el tiempo atrás no hubiese participado. “Creo que el camino es otro. Era por el que iba antes de entrar al reality (jugaba en Renato Cesarini). Pero no sabía si hacía bien o mal al entrar. De todos modos, no voy a negar que fue una experiencia única”, reconoció en 2014.
Lejos de los tiempos donde el imán era la televisión, hoy los contenidos giran en torno al celular y las plataformas deben adaptarse. Los streamers saltean los medios de comunicación y las estructuras tradicionales y realizan una especie de reality show propio dirigido hacia sus seguidores. Santiago Maratea, con sus colectas benéficas, logró una comunidad muy fiel que le hizo ganar visibilidad y dinero.
En 2023 realizó una colecta entre hinchas de Independiente para que el club pagara sus deudas. Se juntaron USD 3,5 millones, muy lejos de los USD 20 millones que se habían fijado como objetivo inicial. Lo recaudado sirvió para pagarle una parte de la deuda al América de México por Cecilio Domínguez (pagó USD 3 millones y se acordó el resto en cuotas) y poder levantar la inhibición para contratar refuerzos.
Antes de esa gran irrupción, su vínculo con el fútbol se dio en el club Ezeiza FC, adonde se acercó para ayudar a construir el predio que ahora lleva su nombre. Después de la colecta en Independiente volvió a Ezeiza FC pero para jugar al fútbol. El deporte lo ayudó a atravesar la depresión. Ezeiza terminó jugando en el Torneo Promocional Amateur que creó la AFA para llenar el hueco de la desaparecida Primera D, Maratea alcanzó a disputar algunos partidos pero en la liga local. El influencer juega de delantero y metió algunos goles que lo hicieron descubrir de grande (para las edades del fútbol) que su sueño era patear una pelota de forma profesional. Salteando todos los pasos para llegar a lograrlo, aterrizó a los 32 años como futbolista de la Reserva de Colegiales y ahora lanzó una campaña de socios propios que ya tiene mil aportantes. Todo el dinero iría a generar mejoras en el club, que hace vista gorda por tomarlo como una iniciativa privada de Maratea.
A los socios les daría contenido diario de cómo se prepara por fuera de los entrenamientos mostrando sus dietas y trabajo físico. En el video dónde contó la iniciativa se jactó de que su sueño era “ser el primer jugador de fútbol del mundo que tenga socios propios. No quiero gente que me mire desde afuera, quiero gente que tire conmigo. No me sigan, sosténganme”. El lema El club es de los socios reducido a una persona. El sueño es de los seguidores, que pueden pagar entre 2 mil y 8 mil por mes. Pero si pagan 16 mil les puede llegar una camiseta, sin especificar en el video si es una de Colegiales, de alguna marca que lo patrocine o si Maratea lanzará una marca propia de ropa deportiva.
Como pasó en Independiente, las bases y condiciones de Maratea están flojas de papeles. Aquella vez, después del boom inicial de aportes, admitió que cobraba 30 mil dólares por mes, ya que el 5% de los recaudado era para los que estaban trabajando en el contrato del fideicomiso que abrió para la colecta.
Si el debut en Primera División en Riestra del youtuber Spreen fue una movida de marketing para generar impacto en redes sociales, algo que le servía de mucho a las marcas que patrocinan al club, que tiene los bancos de suplentes como si fuesen latas de Speed abiertas. Lo de Maratea es ver en el fútbol argentino un camino allanado, donde todo vale con tal que deje dinero en el club.
Las divisiones de reserva de los clubes son nuevos espacios de negocios de representantes y dirigentes, con el caso de San Lorenzo como el más paradigmático. Hoy Marcelo Moretti está de licencia de su cargo como presidente por el papelón de la cámara oculta donde se lo ve guardando fajos de dólares. Pero el primer año de su gestión hizo un curso acelerado de vaciamiento de un club para que la venida de inversores privados sea una opción, con visitas a la Casa Rosada incluidas para entregar el club a aquella avanzada gubernamental a favor de las SAD.
En el inicio del 2024, el por entonces técnico de primera, Rubén Darío Insúa destapó el primer escándalo de la gestión Moretti cuando en una nota a un medio partidario contó que le había dicho al DT de la Reserva Pipi Romagnoli “que tuvo suerte, que lo reforzaron más que a mí». Ya que le habían llevado 10 jugadores, de los cuales solo 2 tenían menos de 20 años. El único que salió bien fue el hoy arquero titular, el paraguayo Orlando Gill, de 23 años cuando arribó al Ciclón.
Las reservas del Ascenso además de servir para negociados están atravesadas por los arreglos de partidos para las apuestas. El año pasado, las reservas de Fénix y Laferrere en la B Metro echaron a varios de sus jugadores después de que acumularan goleadas abultadas muy polémicas. Hubo árbitros parando partidos antes de tiempo para no ser cómplices de lo evidente.
Mientras, dirigentes del ascenso del fútbol argentino se debaten si vale la pena seguir disputando un torneo de Reserva donde, más que formar futbolistas, están entregando pibes al negocio de las apuestas. Santi Maratea, con más 3 décadas de vida y salvado económicamente, va a jugar ese torneo, con pibes sub 20 que sacándose una amarilla pueden ganar lo mismo que cobran con los viáticos de todo un mes.
Tendrá socios propios el streamer. En tiempos de furor por El Eternauta por la serie en Netflix, Maratea representa El héroe individual, la antítesis de la que nos habló Oesterheld. Busca hacer un reality show suyo, sin enfocar la realidad del resto. El Camino a la Gloria versión 2025. Uno solo representando a miles. Atravesando el camino más corto. Pisoteando todos los tiempos de esfuerzo y formación, en un deporte donde, como dice Marcelo Bielsa, “un atajo normalmente no te lleva al objetivo”.
Pocos meses después de la colecta de Maratea para pagar las deudas de Independiente, el ciclo Confesiones de TNT Sports juntó a Eduardo Sacheri y al Ruso Verea. La charla terminó con el escritor, entre lágrimas, definiendo muy bien estos tiempos.
-El fútbol es una usina millonaria y en algún punto sigue siendo una camiseta que significa una serie de cosas, una historia y seis millones de boludos juntando plata para salvar un club.
-Lo de los boludos corre por tu cuenta. Cuidemos y respetemos la historia.