
AL ODIO SE LE RESPONDE CON DON OSVALDO EN ALTO
Hoy se cumple un mes de la destrucción del monumento a Osvaldo Bayer, en la entrada de Río Gallegos, Santa Cruz. En estos 30 días primaron el repudio, de los que reaccionaron ante la tremenda muestra de crueldad del gobierno nacional, pero también el silencio de los que llevaron adelante la simbólica acción de odio planificado.
Fue odio planificado porque la acción se perpetró un 25 de marzo y porque se viralizó no por descuido, sino de manera deliberada para que todo el mundo viera lo que se hacía sobre una figura emblemática para la Patagonia, el país y el mundo.
El 25 de marzo es el día del trabajador de prensa en homenaje a Rodolfo Walsh, desaparecido en esa fecha en 1977 luego de haber entregado a los medios y despachado por buzón al gobierno de la dictadura la Carta abierta de un escritor a la Junta Militar. En ese texto, uno de los más valientes escritos en toda la historia, además de denunciar las desapariciones que se estaban produciendo y multiplicando, Walsh precisó que todo ese horror que había empezado hace un año formaba parte de una miseria planificada y ejecutada sobre la totalidad del pueblo argentino.
Aún quedan dudas si se eligió el 25 o en realidad pretendían hacerlo el 24, el mismo Día por la Memoria, la Verdad y la Justicia. Como los ejecutores de este gobierno se publicitan como muy cuidados de los fondos públicos puede ser que lo hayan dejado para el martes porque de ninguna manera iban a pagarle horas extras a los trabajadores por llevar adelante la única obra que en Santa Cruz hizo el gobierno nacional. que claro está no fue de construcción o reparación de rutas, sino de intento de destrucción de la memoria colectiva.
El repudio fue atronador en todo el mundo como también el silencio de las autoridades, que también habla y mucho. Recién ayer se conoció que el gobierno nacional desafectó a Paulo Croppi y Raúl Borquez de sus puestos de la conducción de Vialidad Nacional en Santa Cruz. Antes de ello y hasta hoy no hubo ni hay un pedido de disculpas a las familias de Bayer, de los 1500 fusilados entre 1920 y 1921, ni al pueblo santacruceño.
No lo hubo, porque en la práctica y en los hechos el gobierno de Milei avaló este acto cruel y de alta carga simbólica dentro de la teórica batalla cultural que dicen estar librando, que no es otra cosa que avanzar sobre el sentimiento y los valores democráticos del pueblo argentino.
Ayer en la inauguración de la Feria del Libro, escritores como Claudia Piñeiro, Sergio Olguín, Selva Almada y Guillermo Martínez, recibieron al secretario de Cultura de Nación, Leonardo Cifelli con carteles en alto con la cara de Osvaldo Bayer. Bajo la pancarta de Don Osvaldo estaba la frase que hasta hace un mes también se leía bajo la escultura destrozada por el gobierno: “Hay que esclarecer nuestro pasado para que nunca se repita”.
Como el odio se fomenta en la ignorancia, el tiro les salió por la culata ya que, a partir de la destrucción, en muchas ciudades del país comenzaron a florecer homenajes a Osvaldo Bayer, con murales que serán habilitados en poco tiempo. Desde esas ruidosas paredes quedará claro que el pueblo argentino no permitirá que, en nombre de una mala utilización de una de las palabras y búsquedas más bellas, se avance sobre lo más emblemático, simbólico y luchado que es su Memoria, la Verdad y la Justicia.