RACHEAL KUNDANANJI Y EL FÚTBOL GOLBALIZADO
1.Racheal Kundananji, 23 años, crack de la pelota, acaba de convertirse en la protagonista del pase récord de una mujer futbolista, al cambiar de camiseta y probablemente de vida en una operación de 735.000 euros, una cifra que llegará arriba de los 800.000 cuando se sumen unas bonificaciones que, en esta época, forman parte de los detalles de este tipo de negocios.
2. Aunque juega para la selección de su país, el itinerario de Kundananji transparenta esta edad de transnacionalización del fútbol, eso que el sociólogo boliviano-costarricense Sergio Villena Viengo bien llama «Golbalización»: nació en Zambia (África), consolidó su desarrollo deportivo en Kazajstán (Asia), migró a España (Europa) para sumarse al Eibar y al Madrid CFF y ahora hará goles en los Estados Unidos (América del Norte), donde integrará el Bay FC, ensanchando un itinerario profesional ya de cuatro continentes.
3. No habría golbalización alguna si el fútbol no fuera una de las mercancías centrales de la industria del espectáculo deportivo en una época en la que el capitalismo -al menos, hasta ahora- pregona como doctrina la libre movilidad del capital. La financiarización de la economía mundial, que comenzó a edificarse desde finales de los setenta del siglo pasado, funciona como explica el economista François Chesnais: “Este crecimiento acelerado de la esfera financiera ha seguido muy de cerca la liberalización y la desregulación de los sistemas financieros nacionales así como la transición desde un régimen de finanzas administradas hacia un régimen de finanzas de mercado”.
4. A diferencia de los pagadores récords de las transferencias de futbolistas, el nuevo destino de Kundananji carece de historia. El Bay FC, de San Francisco, que lleva ese nombre en referencia a la bahía de esa su ciudad, fue creado en la mitad de 2023 e intervendrá en la National Women Soccer League por primera vez este año. Fusiona a dos entidades precedentes y lo impulsan cuatro destacadas ex futbolistas aunque entre los nombres de su elenco directivo surgen una ex ejecutiva de Facebook y el ex presidente de los Golden Warriors de la NBA.
5. La gestación del Bay FC, una franquicia, implicó para su núcleo administrador un pago de 53 millones de dólares, alrededor de diez veces más que lo que se había abonado por la franquicia máxima anterior, en una demostración de los ciclos que propicia la concepción del fútbol de mercado: para ser hay que comprar. Comprar, incluso, una identidad.
6. Los 53 millones -dentro de un monto más abarcativo que se aproxima a los 125 millones para otros desembolsos ligados con el proyecto- llegaron del acuerdo del grupo fundador con Sixth Street, un fondo de inversión que se volvió el propietario mayor del ¿club?
7. Nacido en 2009, Sixth Street constituye un desprendimiento de otra megafirma financiera, Texas Pacific Group, y ahora, más allá de que su sitio de alumbramiento es San Francisco, posee sedes conocidas en Hong Kong, Nueva York, Melbourne, Boston, Londres, Dallas, Houston y Luxemburgo.
8. Entre sus múltiples brazos comerciales, Sixth Street avanzó raudamente en los últimos años hacia el deporte. Desde junio de 2021, es poseedor, por ejemplo, del 20 por ciento de los San Antonio Spurs, el mítico conjunto de la NBA en el que fulguró Emmanuel Ginóbili.
9. En el fútbol, antes del Bay FC y de sacudir la escena con la contratación de Kundananji, la geografía dilecta de Sixth Street fue y es España, en realidad el corazón del fútbol de España, porque sus intercambios son con el Barcelona y el Real Madrid. Un cálculo efectuado en 2022 estableció que, sumando a las dos instituciones, el fondo de inversión les prestó unos 565 millones de euros.
10. Propietario de Legends, un sello que se dedica a la administración de escenarios de deportivos, Sixth Street acordó con el Real Madrid prestar ese capital a cambio de quedarse con el 30 por ciento de lo que, en las dos décadas siguientes, deje el nuevo estadio Santiago Bernabéu, aun en remodelación, pero ya con novedades como que albergará un partido de la National Footbal League (NFL), desembarco europeo del clásico fútbol americano yanqui.
11. Al Barcelona, en dificultades económicas recurrentes, le dio la plata a cambio del 10 por ciento de los derechos audivisuales para el próximo cuarto de siglo. Sixth Street dispone de otro vínculo fuerte con el club en el que brilló Lionel Messi: uno de sus clientes más resonantes es Spotify, el patrocinante principal de la entidad catalana.
12. Cuando transpire para Bay FC y para Sixth Street, Kundananji conservará su condición de embajadora de Nike, otra trasnacional que afinca sus negocios en el deporte y que le diseñó botines especiales para el Mundial de 2023 (siempre gran paradoja: una multinacional cubre los cuerpos de quienes compiten en los torneos donde todavía perdura lo nacional), y compartirá equipo con jugadoras estadounidenses -al cabo, el país y, en particular, San Francisco arrastran un pasado de fuerte despliegue del fútbol femenino- pero con estrellas no estadounidenses como la nigeriana Asisat Oshoala y la venezolana Deyna Castellanos, dos talentos que también relumbraron antes en España.
13. El modelo multinacional del Bay FC (y no sólo del Bay FC) replica las maneras de construcción de equipos que realizan las grandes corporaciones que sobresalen en el fútbol de varones, en especial en Europa, confeccionadas ya quebrando la territorialidad de origen, esparciendo sus productos/colores sobre toda la superficie planetaria y con futbolistas provenientes también de todas partes como especies de Arca de Noé. Diferencia con el Bay FC, que es flamante, en el fútbol de varones esas corporaciones se apropiaron de clubes tradicionales, despojando a los socios/las socias, creadores de clubes que les pertenecieron por un siglo.
14. En declaraciones al portal El Economista, Guillermo Zamarripa, el agente mexicano-estadounidense que representa a Kundananji a través de la empresa The Marketing Jersey (TMJ), evaluó: “La agencia debe ser capaz de conseguir oportunidades comerciales, elevar su imagen en Estados Unidos y comercializar su imagen en su país de origen, Zambia”. Aunque no parece actuar para amenazar a las estructuras políticas y económicas que dominan esta etapa humana (e inhumana), Zamarripa ratifica lo que, desde montones de lugares, permite definir, en más de un sentido, al capitalismo: un modo de producción cuyo propósito es la ampliación de capital y la subordinación de lo demás a ese propósito.
15. Las aseveraciones de Zamarripa inducen a reflexionar sobre Zambia, uno de los países más pobres del mundo, el primero de África que anunció que no pagaría su deuda externa desde la llegada de la pandemia, una tierra en la mira de los dueños del capital que van por el cobre, su mayor riqueza, al punto que una alianza respaldada por multimillonarios (o bastante más que eso) como Jeff Bezos o Bill Gates generó una empresa de inteligencia artificial que reunió 150 millones de dólares para erigir una mina que saque (fuera de Zambia) el cobre. Se diría desde el ombliguismo argentino: a nosotros nos quedan lejos nuestras superfiguras de la cancha (ni hablar Messi, quien jamás jugó un partido en la Primera del fútbol nacional) y nos llevan -sólo por empezar- el litio, a Zambia le trasladan lejos a su mayor jugadora y también al más codiciado de los productos de su subsuelo.
16. Esa aproximación a Messi induce a calibrar al Inter Miami, su actual equipo, desde luego que también en las ligas de los Estados Unidos, parido en 2018, con un nítido trazo de esta era: la articulación de una cara muy mediática (David Beckham) y de unos capitalistas de huella ideológica y financiera igual de nítidas: la familia Mas Canosa, cubana pero asentada en Miami y de tenaz enfrentamiento con la revolución que encabezó Fidel Castro. a) El mercado sigue necesitando de las personas: Inter Miami era una cosa antes de Messi y es otra a partir de Messi, o sea que nadie puede hacer ni motivar lo que hace y motiva Messi; b) los defensores de estos emergentes vinculados al fútbol reivindican que así hay más dinero, más espectáculo y -regla matemática- más mercado (las plazas no sólo argentinas desbordan de ropa rosada, de ropa de Messi, de ropa «oficial» y de ropa «trucha»); c) los críticos de estas iniciativas devuelven que si el fútbol es una oportunidad de mercado y la lógica de mercado es ir hacia donde más conviene por argumentos de mercado, entonces estos capitales se desplazarán a otros negocios cuando los convoque algo más tentador que el fútbol y dejarán plantado todo el proceso que se suscitó en su derredor: abundan casos para probar esta postura.
17. Ciertas sincronías desafían a parte de los proyectos originarios sobre el fútbol jugado por mujeres. Es cierto que la expansión, fruto de múltiples luchas adentro y afuera del fútbol, concede posibilidades aún no igualitarias pero con menos distancias que las impuestas por la lógica masculinista y machista que signó a este deporte como explicó el gran científico social argentino Eduardo Archetti. Pero, por otro lado, tiende a reproducir, cada vez más notoriamente, la lógica mercantilista que algunas de las propulsoras del fútbol femenino pusieron y continúan poniendo en cuestión, trabajando para que la progresión organizada de las mujeres en el fútbol no sólo equiparara perspectivas sino que abriera el debate sobre valores y sobre ideas que atraviesan al fútbol. Todavía no hay un tango titulado «El sueño de la piba» (Reynaldo Yiso/Juan Puey, 1942), pero si, como enfatizaría Carlos Marx, «es la praxis la que hace a la conciencia», ¿por qué una jugadora soñaría algo tan diferente a lo que sueña un jugador?
18. Acaso eso implique reponer una vieja y vigente deliberación sobre las diferencias entre lo igual y lo justo. O conduzca a decir que lo igual (con todo lo conmovedor y lo imprescindible que es pelear por una igualdad y conseguirla) es o puede ser justo pero no es sinónimo de lo justo. Como analiza el sociólogo español Manuel Castells, hay industrias que, por el lugar que ocupan en el sistema, pagan sobresueldos. Y el fútbol es una de esas industrias, una central en las centrales industrias del espectáculo y del entretenimiento. Como tal, obra de tradicional (pases de jugadores hay hace más de un siglo, pero, por decenio, fueron pases de club a club o, más específicamente, de club con menos envergadura económica a club con más envergadura económica) pero, a la vez, potenciadísima tabla de salvación para que algunos y algunas emerjan de los fondos de la dificultad económica, de los bordes de la escasez consecutiva o de la miseria entera. Y sin ser explotadores o explotadoras de nadie, la ruta más habitual para el enriquecimiento.
19. No obstante, más acá o más allá de las deliberaciones sobre otros ejes, el episodio Kundananji y otros que se desprenden desde allí evidencian el tamaño de aquello a lo que se enfrentan las instituciones sociodeportivas de la Argentina cuando enuncian y ratifican «Los clubes son de los socios». Esa frase va a contramano, en general, del espacio donde, en esta fase de la historia, el capitalismo enclava a la industria del fútbol. Y, en particular, a contramano de las aspiraciones del bloque político-económico dominante en el país, encarnado hoy por el presidente Javier Milei y por otras personas y grupos, algunos de alta visibilidad y otros de exigua exposición que andan en las sombras a la espera de que el fútbol les ensanche su superficie de negocios y de más que negocios.
20. Los clubes argentinos, como asociaciones civiles, como entidades privadas en condición de propiedad colectiva(son de los socios y de las socias, no de cualquiera) pero no privatizadas, con un devenir identitario y cultural de más de cien años, muchísimos de ellos con el fútbol como columna que les vertebra la vida, interactúan con ese mundo de negocios y, en relación de fuerzas despareja, hasta dependiendo de los ida y vuelta -algún pase millonario- con ese mundo de negocios, pero no se volvieron o no son únicamente ese mundo de negocios. Hacen negocios y procuran buenos resultados deportivos pero sin que se les esfume aquello que fueron y aquello que, con los retoques de este tiempo, siguen siendo.
21. Considerando que la resistencia de los clubes argentinos viene siendo larga, considerando que esa resistencia amerita deliberaciones porque hay clubes que maquillan (o no) estar parcialmente manejados por grupos o personas que gerencian con sus capitales privados, considerando que hay algunos dirigentes antiprivatizantes que dejan flancos personales y políticos tan abiertos como quienes aspiran a quedarse con los clubes y considerando que todo eso sucede en la Argentina, cuya economía deambula hace rato esmeriladísima y profundiza aceleradamente el deterioro, entre otras causas, por las políticas de algunos privatizantes de los clubes, en esta parte del sur del globo se hizo y se hace bastante (lo que no significa que no se podría hacer más) para no entregarle a las manos de unos pocos algo que persevera perteneciendo a los corazones y a los carnés de asociación de millones.
22. Poblado de singularidades, de maravillas muy propias, de mugres que lo exceden pero lo incluyen, de excesivas dimensiones que lo tornan único, el fútbol no es necesariamente un espejo del mundo. Pero en ciertas circunstancias se le parece mucho.