Territorios
CRISTIAN MEDINA, EL REPRESENTANTE DE MORENO

CRISTIAN MEDINA, EL REPRESENTANTE DE MORENO

David Lorenzo llegó al barrio San Carlos de Moreno proveniente de otro barrio del mismo partido. Uno de sus hijos quería jugar con unos amiguitos que jugaban en El Rayo de Malaver. Allí se hizo amigo de César, el casero del predio. Luego de un tiempo le ofrecieron dirigir algunas categorías. Un día, después de una práctica, ya no quedaba casi nadie en el club. Se le acercó su hijo Patricio, defensor de la categoría 2002, a decirle que enfoque su mirada para el alambrado del predio: “pa mirá el pibito, mirá como juega”. Entonces vio a un grupo de nenitos donde uno sobresalía del resto por lo que hacía con la pelota. Era Cristian Medina, que tenía unos rulos que llamaban la atención, tipo Ronaldinho en el Barsa o Marquinhos, como le dirían de grande. Se acercó a hablarle con mucho cuidado, como quien acaba de descubrir un tesoro saliendo de la tierra.


-Hola Pa

-Hola Don, ¿cómo estás?

-Bien papi. Che disculpa, ¿te gusta jugar a la pelota?

-Sí

-¿Jugas en algún lado papi?

-No, don, no juego en ningún lado. Hace poco vine a vivir acá. 

-¿Te gustaría jugar acá?

-Sí, Don

David todavía recuerda la carita de felicidad de Cristian. Cerraron el club y fueron para la casa a buscar la aprobación de su papá Daniel. El técnico no podía creer que tenga 6 años, parecía más grande. Le calzaba justo para su categoría 2002. Así empezó el camino de Cristian Medina jugando en El Rayo de Malaver. Un club que queda en el Barrio San Cayetano, aunque en la vereda de enfrente del predio ya sea San Carlos, las calles que vieron la transformación del pibe que pasó de patear la pelota contra un alambre a generar jugadas de ataque en un equipo de 11. “Los campeonatos en Moreno son en cancha de 11, no es como en zona sur que hay mucho papi. Cuando arranca la categoría promocional se jugaban dos tiempos de 10, cuando ya era por los puntos dos tiempos de 20”, me cuenta David Lorenzo, para certificar que Cristian de chico ya se curtió jugando en canchas grandes.

Iban 8 fechas del torneo cuando se sumó al equipo. “Le pedí una foto 4×4. Yo tenía 20 pibes fichados y algunos ya no venían. Le saqué una foto a un carnet y le puse la de Cristian. Como era promocional nadie lo conocía. Lo ponía en la primera fila para que firme la planilla y le decía ´negro vos te llamas tanto´. Le decía a una compañera ´hacemelo firmar al Negro´ y listo. Al año siguiente ya jugó con su nombre. Pero el primer año sale campeón del Promocional con otro nombre”, recuerda el primer entrenador de Medina.

La categoría 2002 pasó a ser el orgullo del barrio. A la hora que jugaba por la Liga Casa del Deporte se llenaban las dos tribunas de la cancha del Rayo. El equipo de Cristian tenía un mediocampo de lujo. El 5 era Gonzalo, el sobrino de David, un volante central de marca y buen pie. El 10 era Franco, típico mega crack de barrio, que todos coinciden que hoy tendría que estar jugando en un club. Medina era el 8, aunque a veces jugaba de enganche.

“A Cristian cuando lo empezaron a conocer, el segundo campeonato le daban duro”, nos cuenta David. Recuerda un partido en cancha de 25 de Mayo que, cuando fue al baño, escucho al técnico rival decir “loco al 8, al 10 y al 5 vamos a cagarlos a patadas, hay que sacarlos de la cancha. No tienen que jugar esos pibes”. Los receptores de la frase tenían entre 7 y 8 años y ejecutaron el pedido. Iban a pegarle de atrás a Cristian. Y le dieron un codazo que lo dejó llorando. El técnico fue directo a buscar a su colega mientras se seguía jugando el partido.

-Vos sos un hijo de puta, por qué mandas a pegar a los pibes.

-Qué te pasa. 

-Qué te pasa a vos, te escuché en el vestuario que le mandaste a pegar al 5, al 10 y al 8 

-Cerrá el orto

Ahí nomas se acabaron las palabras, David le puso una piña y lo expulsaron. 

Cristian siguió destacándose en El Rayo, lo empezaron a poner también en la categoría 2001 que dirigía Oscar Aguirre, que lo que más recuerda es que “tenía 6 pulmones, que era armador de jugadas y llevaba el equipo adelante”. También le queda la imagen de verlo comiendo el sándwich y la gaseosa que le daban después de los partidos. 

En julio del 2022 el club de Malaver fue noticia en Moreno porque se organizaron para conseguirles botines nuevos a dos hermanitos que compartían el suyo y los tenían todos gastados. En una nota con Semanario Actualidad, Jorge Segovia, entrenador del club, marcó que la falta de botines no era lo más grave en la actualidad sino que había chicos que se iban a acostar sin comer. Y destacó como muy importante que en El Rayo les den un sanguchito después de jugar y no una banana, como pasaba en otro club donde jugaba su nieto. 

“Nos duele que vengan chicos que tienen necesidades insatisfechas y que nosotros no las podemos cubrir completamente porque podemos cubrir una y se nos escapa otra porque no es nuestra tarea. Nuestra tarea es darle un espacio, que hagan un deporte, sacarlos de la calle y mostrarle que si mañana no son futbolistas, les dimos las herramientas para que vayan a pelear a la vida”, remarcó en la entrevista con el medio zonal. 

Cuando David Lorenzo se tuvo que mudar del barrio por su laburo, la categoría 2002 quedó en manos de su ayudante y compadre Martín Serrano. El último técnico del barrio en ayudar en la formación de Cristian Medina. Su esposa aún guarda un corazón que Cristian le dibujó en un cuaderno. Tenía los colores azul y oro del club de sus sueños.

En el año 2012 Boca hizo una prueba de jugadores en Moreno. Citaron a la categoría 2002 del Rayo, tenían la data que era de lo mejor de la zona. Los ojeadores habían ido con la misión de conseguir chicos talentosos que jueguen en el medio. La prueba se hizo en el club El Fortín, a unas 20 cuadras del Rayo cruzando la ruta. Martín fue caminando con todos los chicos. «Lo que tenía Cristian Medina cuando veía que el equipo bajaba un poquito, él bajaba para tomar la pelota y de ahí le daba motivación a los pibes», define al volante que llamó la atención de los captadores de Boca. Ese día estuvieron el ex campeón de la Libertadores 78 con Boca Hugo Perotti y Diego Mazzili, un histórico formador de las inferiores xeneizes. 

Lo citaron para una segunda prueba en Camino de Cintura, en el ex predio de La Candela. Los convocados de la prueba en Moreno jugaron contra la 2002 de Boca. El primer tiempo Medina no pudo hacer nada. Estaba muy bajoneado por la separación de sus padres. El Mono Perotti, vecino de Moreno, se acercó a hablar con Martín para decirle que no parecía el mismo que habían visto allá. “Cuando yo le conté el problema a Perotti, se metió adentro y salieron como dos más, para mí eran psicólogos. Lo llamaron a un costado, le habrán dado una charla de 5 minutos. El pibe entró y en 5 minutos se metió a la gente en el bolsillo. Le pegó un paseo, un baile a la defensa, los arruinó”, recuerda Serrano. 

De toda la prueba de 2 mil chicos, solo Cristian y 2 más quedaron. Luego vino todo el sacrificio de los largos viajes para ir a entrenar. Colectivo, tren, colectivo. El año pasado, cuando vio irse caminando, a la salida del predio de la AFA en Ezeiza, a una familia con un nenito de las juveniles de Boca, les preguntó a dónde iban. Cuando escuchó que caminaban para tomar el colectivo, sabía que la parada quedaba a 5 kilómetros a pie, les dijo que suban y los llevó, no a tomar el bondi, sino hasta su casa en La Boca, por más que él vive en el oeste.

Todavía se lo ve por el barrio San Carlos cuando va a visitar a su mamá Francisca. Cuando ella se enteró que estábamos haciendo esta nota, nos quiso dejar en claro que Cristian salió del Rayo de Malaver, el club de su barrio. David Lorenzo todavía mantiene el vínculo con Francisca. “Cuando le mete el gol a River, al otro día le mando mensaje y le digo ´se le cumplió el sueño a Cristian´. Me dice ´sí, se le cumplió el sueño´. Él decía que quería llegar a primera y hacerle un gol a River con su gente. Faltaba su gente. Pero hacerle el gol a River se le dio”, cuenta su primer entrenador, también fanático de Boca.

En realidad su gente faltaba en la cancha, pero estaba. Porque siempre que el Negro Cristian Medina salga a la cancha atrás suyo van todos los vecinos del barrio San Carlos, San Cayetano y Malaver. Los que se levantan cuando todavía es de noche a hacer combinaciones de bondis y trenes para ir a ganarse el mango. A toda la gente que hoy lleva adelante El Rayo organizando rifas y polladas para ponerle luces a la cancha, bomba sumergible o conseguir las máquinas para nivelar el césped. A David que hoy vive en Lanús, pero tiene su corazón en Moreno. Un partido de Boca en la cancha del Granate vio por un hueco de un paredón la cabecita de Cristian moverse cuando escuchó su voz que le gritaba “Negrooo”.

A todos los que vieron alguna parte de todo este recorrido. Por eso, el día que Cristian debutó en primera, Diego Mazzilli, del área de captación de Boca, hizo un posteo en su cuenta de Instagram que decía: “Todo sacrificio tiene su recompensa! Felicitaciones por el debut Amigo.  Representando al Barrio de Moreno».

Autor

  • Lucas Jiménez

    Editor en la página Lástima a Nadie Maestro, donde también escribe notas y hace podcasts. Uno de los autores del libro Crónicas Maradonianas. Integrante de las transmisiones del Fútbol de Banfield en AM 1550. Trabajó en la sección Deportes de El Destape.

    Ver todas las entradas